EYBRARD, RICARDO G.

 

«Como el solfeo es la base de la música, el dibujo es el soporte de la pintura»

El pintor Eybrard presenta en el Espai Cultura de Sa Punta des Molí una exposición titulada «Els paisatges de la llum»

Julio Herranz | 04/10/2002

El Espai Cultural Sa Punta des Molí acogerá a partir de las 18 horas de mañana sábado la inauguración de la exposición «Els paisatges de la llum», de Eybrard, que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 15. «Tenía un especial interés en mostrar mis cuadros este año, y me hubiera gustado que fuera en Ebusus, donde se presentó la colectiva en la que participé en 1952, pero por razones de agenda, digamos, no ha podido ser», explicó el veterano artista a Ultima Hora Ibiza y Formentera.

El programa de aquella lejana exposición que tuvo lugar del 5 al 12 de agosto con motivo de las fiestas patronales de Vila, llevaba por título «XIV Salón de arte» y la nómina de los participantes se nota, por su número y algunos nombres destacados, que eran tiempos creativos en la isla: 43 pintores ( entre ellos, los Puget, Antonio Prats Calbet, Vicent Calbet, Antoni Mari Ribas 'Portmany', Félix Serra Cardona o Erwin Broner), y un escultor, Antonio Tur Costa. «A mi me invitaron por casualidad. Estaba pintando en el puerto y uno de la organización me dijo que si quería participar en la muestra; me pareció bien y presenté tres cuadros», recuerda Eybrard.

Desde 1949, este pintor nacido en Bruselas de madre francesa y padre andaluz frecuenta la isla. «La primera vez fue a sugerencia de mi profesor de pintura, Juan Serra, cuando yo vivía en Barcelona. Me dijo que era un lugar formidable y vine a pasar dos semanas. Desde entonces he vuelto casi todos los años; primero paraba en Figueretes, luego en Talamanca, más tarde fui un tiempo a Formentera, hasta que al llegar a los 60 años o así decidí comprar algo en Sant Antoni, donde paso unos seis meses e al año y donde he encontrado una gente fantástica», comentó.

En su condición de «niño de la guerra» (de dos, la española y la II Guerra Mundial, ya que vivió de forma más o menos directa ambas contiendas), Eybrard nunca fue a la escuela y aprendió sobre todo por la fuerte vocación que sentía desde crío por el dibujo. «Mi pintura es bastante clásica, con mucha textura; un impresionismo algo salvaje, pero con una importante base de dibujo. Es que, como decía mi maestro, el solfeo es la base de la música, como el dibujo es la base de la pintura», comentó. De todas formas, también ha hecho sus pinitos discretos con la abstracción. «Fue el año pasado, tenía una tela vieja y me puse a poner unos colores y tal; me gustó el resultado y repetí la experiencia hasta cuatro veces; mostraré también algo de esto en Sa Punta des Molí», concluyó.

 

Paisajes atrapados en la luz de Eybrard

Ricardo G. Eybrard presenta mañana en el Club Diario de Ibiza 30 paisajes impresionistas de Ibiza, París y Normandía, cargados del optimismo vital que caracteriza su pintura

Sant Antoni | Albert Prats

19·04·10 | 08:30

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Hay personas que en la época tardía de sus vidas ofrecen lo mejor de sí mismos. El pintor Ricardo G. Eybrard, que mañana presenta exposición en el Club Diario de Ibiza a las 20 horas, es uno de estos casos, como lo fue Vicent Ferrer Guasch o como lo son, por citar algunos personajes del panorama artístico y cultural ibicenco, el también pintor Adrián Rosa, el escultor Antonio Hormigo o el estudioso e historiador Nito Verdera.

Nacido en 1929 en Bruselas, hijo de un padre andaluz comerciante de vinos y de una madre francesa de buena familia de Burdeos, Eybrard es un hombre optimista. Durante su infancia vivió en esta última localidad, para recalar más tarde en Barcelona, ciudad en la que realizaría su primera exposición en 1948, en la galería Pallarés, y donde se formó estudiando en la escuela de Bellas Artes de La Llotja y trabajando con el pintor Juan Serra.

Años más tarde se traladó a París, más concretamente al artístico barrio de Montmartre, que ya no abandonará, y en el que conoció a multitud de artistas como Antoni Tàpies, Maurice Utrillo, Antoni Clavé o el formenterés Gabrielet.

Normandía y Ibiza son otros dos lugares donde posee residencias y en los cuales pasa largas temporadas, y que, junto con París, conforman los paisajes que llenan su pintura. Una pintura hecha de un cuidado estilo impresionista ciertamente personal, en el que el artista se nos muestra como alguien siempre atento a la realidad, a la luz y al color que ésta proyecta sobre las escenas y los entornos urbanos y naturales que, a veces con un tono acentuado y otras más realista, aparecen en sus cuadros.

Un artista vital

El cuadro que sirve de reclamo a la exposición es un claro ejemplo de todo esto. Se trata de una escena del campo, con un gran olivo de protagonista y dos mujeres y una niña cobijadas a su sombra. La obra aparece llena de verdes y amarillos y destaca por su explosión de color que transpira buen humor y en la que Eybrard nos ofrece una buena muestra de su afinado sentido estético y su carácter de bon vivant.

No obstante, al hablar de su pintura, el artista se muestra parco. «Nunca me ha interesado el abstracto», afirma. El estímulo lo encuentra en «la realidad», una realidad que se conforma a través del clima, del sol luminoso de Ibiza, de las brumas de Normandía o del ambiente fresco y humano del París más bohemio.

La muestra consta de 30 pinturas, aunque debido a las cancelaciones aéreas de los últimos días puede que alguna pieza no llegue a tiempo para la jornada de la inauguración. Con todo, se trata de una muy buena oportunidad de aproximarse a una obra aposentada en una tradición impresionista, que capta con maestría todo un universo cromático.